La dualidad de la elección
Ama, espera, busca, pendiente de uno, queriendo dar más.
Que sucede cuando el amor es así de disparejo, uno quiere, y ama, pero no llega al estadio de corresponder en los mismos terminos el sentimiento.
Y que sucede cuando de pronto aparece alguien más que de alguna u otra forma sabe que hay quimica, si somos reduccionistas, para poder empezar algo diferente.
¿Debemos voltear y renunciar? Hasta que punto podemos ser tolerantes con esa dualidad, debemos terminar lo bueno que tenemos y arriesgarnos a la novedad e incertidumbre?
Creo que la respuesta es obvia, todo depende de que esperamos.
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